
Domingo lluvioso en Madrid, un frío terrible y tras pasar el día leyendo en casa decido bajarme al Starbucks ( y desde aquí escribo hoy este post).
Bajando las escaleras de mi bloque, me encontré a mi vecina, sus muy bien llevados cuarenta y su casual look (demasiado casual – pensé a primera vista…), con unos vaqueros, una sudadera de gorro, abrigo negro y unas Converse blancas. ¿Puede haber algo más teenager? Pero, al cerrar la puerta y girarse hacia mi veo que lleva un bolso Speedy de Louis Vuitton.
Para mi fue como una aparición mariana ver que había completado su casual look con un LV , claro indicio de que si había prestado atención a su outfit ( he de decir que entre semana va impecable y por las mañanas siempre deja un agradable olor a perfume en el rellano). La salvación llegó en forma de speedy bag y también en forma de abrigo negro. Solamente con el bolso logró que no prestase atención al resto de su look.
Dejando a un lado el toque de humor, siempre insisto mucho que tener un buen bolso es imprescindible para cualquier mujer. No tiene porque ser un Louis Vuitton, pero si ha de ser un bolso de calidad el cual os durará años y por supuesto que salvará muchísimos de vuestros looks. El bolso, además de práctico es una especie de pantalla la cual desvía la atención del espectador si ese día por el motivo que sea no queremos que el centro de atención sea nuestra ropa.
Pregunta que me han hecho mil veces: ¿Pero tiene que ser un bolso caro? Pues hombre…Si encontráis un bolso de buena calidad, diseño elegante y atemporal, no lo dejéis escapar y más si la calidad no solamente es tangible, sino también visible. Los que me conocéis sabéis que siempre digo que el concepto de caro o barato depende de quién o cómo lo analice. Más de una vez un cliente o clienta se han quedado sorprendidos cuando me han contratado para crear su fondo de armario y al terminar les he animado a calcular todo el dinero que han gastado en ropa y accesorios que no usan. Rara vez se habían planteado tener tal dineral colgado en las perchas de su armario…
Para que os hagáis una idea, la mayoría de nosotros solo utilizamos el 20% de las prendas de nuestro armario. ¿Y el resto de prendas? Pues todo lo que no utilices es dinero tirado y solamente servirán para hacerte creer que tienes un maravilloso armario cuando la realidad es que día si y día también estás frente a este preguntándote: ¿Qué me pongo?
Para mi como asesor de imagen, es importantísimo hacer entender que la calidad ha de primar siempre sobre la cantidad ( esto es especialmente importante tenerlo en cuenta ahora en época de rebajas). De nada sirve comprar una camiseta de 3.-€ si al ponértela de das cuenta que está mal cortada, se ven los hilos por todas partes y el cuello te llega por el ombligo. ¿Es una camiseta barata? ¡No! Es una camiseta cara porque has pagado por algo malo y que no vas a utilizar.
Con esto no quiero decir que todos nos tengamos que comprar prendas de alta costura, ni mucho menos. Pero si aconsejo que hagáis un pequeño ejercicio cuando tengáis esa prenda tan barata en la mano y penséis si realmente merece la pena comprarla. Revisarla, probarla, pensar con qué la vais a combinar y cuántas veces la vais a utilizar.
Tenemos que empezar a exigir un mínimo de calidad en las prendas de ropa y más en está era de cultura fast fashion donde prima llevar lo último sobre el diseño y la calidad. Las tendencias dejarán de serlo en breve, pero la calidad permanecerá durante mucho tiempo.
Feliz semana.
Totalmente de acuerdo!! Un beso!!!